El poder de ciertos organismos para controlar a otros parece un hecho de "ciencia ficción", no obstante, Jaroslav Flegr descubrió que esto era posible en 1990. Este biólogo evolutivo descubrió que estaba infectado del parásito Toxoplasma Gondii, un parásito que afecta a los gatos y que se trasmite a los humanos a través de las heces que depositan en las cajas.
Jaroslav descubrió que este parásito se trasmitía a los gatos a través de las ratas y que producía cambios en su conducta. Según parece, las ratas afectadas por este parásito se vuelven más activas, proclives a realizar conductas de riesgo e incluso pueden llegar a sentirse atraídas sexualmente por el olor a orina de gato o por el propio gato.
Sorprendentemente, esto también ocurre en los humanos! Las personas afectadas por el T. Gondii son más proclives a padecer accidentes de tráfico, disminuyen su sentido de responsabilidad e incluso llegan a percibir como agradable el olor de orina de gato.
Se considera que este parásito podría ser responsable de muchas de las muertes producidas en el mundo debido a sus efectos incrementando las conductas de riesgo en los humanos, no obstante todavía no se conoce cura para esta enfermedad.
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