Santiago Ramón y Cajal (1854-1934)

" Las ideas no duran mucho. Hay que hacer algo con ellas" Santiago Ramón y Cajal (1854 -1934)

domingo, 26 de diciembre de 2010

Cómo estimular la confianza

Paul  J. Zak considera que las señales e interacciones positivas como el paso de un conmutador. Cuando el conmutador se activa, el cerebro humano interpreta el estímulo de confianza interpretando que la persona ha sido fiable y, ese reconocimiento se manifiesta en síntesis de oxitocina.

Un equipo de la Universidad de Zúrick hipotetizo la posibilidad de incrementar la oxitocina artificialmente y así potenciar la confianza de los sujetos. Éste equipo sometió a 200 inversores masculinos a oxitocina artificial en nebulización nasal. A continuación compararon su conducta con la de sujetos placebo. Se encontró que un 17% de los tratados con oxcitocina dieron más dinero a sus parejas de juego (juego explicado en una entrada anterior). Además, el numero de quienes entregaron todo su dinero demostrando un nivel de confianza máxima fue el doble en los sujetos tratados con oxitocina que en los placebo. Según estos resultados, el incremento de oxitocina en el cerebro reduce el estado de ansiedad en interacción con otros extraños. No obstante, algunos de los participantes tratados con oxitocina no mostraron altos grados de confianza.

Hay que destacar que los niveles de oxitocina no se pueden ver alterados en gran medida y las alteraciones que se pueden generar en la voluntad de las personas no son extremas. Es decir, no podemos "manipular" la mente de las personas ni convencerlas de algo que no les parece bien solo con el incremento de una hormona. Cabe destacar que no se debe interpretar de forma reduccionista los resultados de estos estudios, es decir, no podemos decir que el incremento de confianza se debe únicamente a un incremento de oxitocina ya que las personas tenemos muchas dimensiones y factores que nos influyen (un entorno social, un abanico moral, un proceso de aprendizaje, una personalidad, circunstancias familiares, experiencias previas, etc.).

Además, la ingesta oral de oxitocina no es posible por el hecho de que ésta se degrada en el intestino y por tanto no afecta al cerebro. La inyección por via intravenosa o nasal se nota fácilmente y la aspiración por vía aérea no eleva de modo perceptible los niveles en el cerebro por la barrera hematoencefálica.

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