Santiago Ramón y Cajal (1854-1934)

" Las ideas no duran mucho. Hay que hacer algo con ellas" Santiago Ramón y Cajal (1854 -1934)

domingo, 26 de diciembre de 2010

La oxitocina y la confianza

El grupo de Desarrollo e Investigación del Banco Mundial, junto con Stephen Knack en 1998 investigaron la variación de los niveles de confianza interpersonal de un país a otro. A partir de esta investigación, crearon un modelo matemático que describía los tipos de ambientes sociales, económicos y legales que pueden desarrollar bajos o altos niveles de confianza.

En este estudio, establecieron que la confianza es una cualidad que predice la riqueza de un país, observando que los menores niveles de confianza se daban en los países pobres. Según el modelo desarrollado por estos investigadores, en las sociedades de bajo nivel de confianza las personas emprenden pocas inversiones a largo plazo, las cuales producen renta y empleo. Esto se puede deber a que la falta de confianza hace que no se cumplan las obligaciones contractuales.

Además, las experiencias en el laboratorio mostraron que, dentro de una misma situación, hay una gran variabilidad en la predisposición de las personas a confiar en personas ajenas. Hasta el momento no se habían establecido los mecanismos cerebrales implicados en los procesos sociales de la confianza, y este grupo de investigación se dedicó a ello. Muchos experimentos con animales se inclinaban a considerar que la oxitocina era el factor neurológico más implicado en el desarrollo de la confianza.

En los inicios de las investigaciones, la oxitocina era más conocido como agente estimulador de la producción de leche en las madres lactantes y como inductor del parto. De hecho, actualmente, se utiliza oxitocina sintética (pitocina) en gran parte de los hospitales de EEUU para acelerar las contracciones del parto. No obstante, debido a sus bajos niveles de concentración en sangre y su rápida degradación, el estudio de sus efectos era realmente complejo. Sí que había señales que mostraban que la oxitocina parecía influir en la cooperación; al igual que la vasotocina, la cual parece facilitar la generación de relaciones interpersonales.

Biólogos evolucionistas consideran que la molécula inicial (la vasotocina) apareció en los peces facilitando la reproducción. Se considera que posteriormente, en los mamíferos, evolucionó dividiéndose en dos moléculas: oxitocina y arginina vasopresina. Investigaciones con roedores como las de Cort A Pedersen de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel demuestran que la oxitocina incita a la crianza de las crias. O las investigaciones de C. Sue Carter y Lowell L. Getz de la Universidad de Illinois Urbana-Champaing, donde se observó las diferencias conductuales existentes entre dos especies de roedores a consecuencia de los niveles de oxitocina: los ratones de pradera (más sociables, monógamos y cuidadores de su prole) contra los ratones del monte (independientes, promiscuos e indiferentes a sus crias). Carter y Getz demostraron que estas diferencias conductuales se podía deber a la localización de receptores de oxitocina y arginina vasopresina en el cerebro: se vió que en los ratones de pradera los receptores de dichos neurotransmisores se encontraban en zonas que refuerzan la monogamia (áreas del mesencéfalo reguladoras de la liberación de dopamina).

Paul J. Zak de la Universidad de Hardvard, Robert Kurzban de la Universidad de Pennsylvania y William Matzner de la Universidad de Claremont se dispusieron a investigar si la liberación de oxitocina puede verse estimulada por el acercamiento de extraños y determinar si su producción puede verse afectada por los comportamientos sociales e incidir en los mismos. Para investigar sobre la oxitocina utilizaron la metodología de Joyce Berg de la Universidad de Iowa y John Dickhaut y Kevin McCabe de la Universidad de Minnesota. La metodología consistia en que unos sujetos debían expresar su confianza enviandole una parte de su dinero con perspectiva de que él se lo devuelva o que incluso se lo devolviera incrementado. Esta experiencia fue llamada el "juego de la confianza". Los voluntarios que participasen hora y media ganarían 10 dolares, se distribuyeron de forma aleatoria en parejas (los cuales no se conocían ni se podían comunicar directamente). A continuación se les invita a compartir su dinero después de explicarles las reglas del juego. El proceso del juego es el siguiente:
Etapa 1:
1- El sujeto 1 recibe en su ordenador una invitación para decidir si envía dinero o no al sujeto 2 (una parte de sus 10 dolares).
2- La cantidad que el sujeto 1 ha enviado es recibida por el sujeto 2 en su cuenta por tripicado (es decir, el sujeto 2 recibe el triple de lo que ha enviado el sujeto 1).
Etapa 2:
3- El ordenador informa al sujeto 2 de la transferencia y le permite devolver el dinero que le han prestado, dejando claro que no hay obligación alguna de hacerlo y que las decisiones de los participantes y sus identidades son confidenciales.
4- El sujeto devuelve o no el dinero prestado por el sujeto 1 y se miden los niveles de oxitocina en sangre.

Según los economistas, la transferencia que hace el sujeto 1 mide la confianza, mientras que el retorno del dinero mide la confiabilidad, es decir, la capacidad de merecer confianza. En el experimento de Paul J, Zak y colaboradores, cerca del 85 % de "prestamistas" enviaron algo de dinero a sus parejas, y un 98% de los receptores del prestamo devolvió parte del dinero prestado por el sujeto 1. Cuando se les preguntó a los sujetos, éstos no explicaban porqué confiaban o eran dignos de confianza.

Se observó que los sujetos 2 generaban oxitocina cuando recibían dinero. Al recibir dinero sentían que eran dignos de confianza, y este sentimiento se incrementaba cuando recibían más dinero generando así más oxitocina. Se encontraron diferencias significativas con el grupo control, demostrando que la oxcitocina era un factor relevante en el sentimiento de confianza. Además, se encontró que los sujetos 2 con mayores niveles de oxitocina eran más dignos de confianza ya que devolvían más dinero a los sujetos 1. Así pues, podemos afirmar que estimular la sensación de confiabilidad despierta sentimientos positivos hacia extraños y que la oxitocina tiene un paper muy importante.

En resumen, se observó que la liberación de oxitocina solo se producía en los sujetos 2, los que habían  recibido una señal de confianza y los que jugaban como sujetos 1 con niveles de oxitocina más altos, no por eso se inclinaban más a confiar en otros (enviar más dinero a los sujetos 2). Aunque estos resultados parecen contradictorios con lo esperado, coinciden con los resultados animales y son razonables: se ha demostrado que solamente se genera oxitocina cuando el individuo ha tenido contacto social con otros. La diferencia parece residir en el aumento de los niveles, no en el nivel absoluto de la oxitocina.

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